top of page

Statement

El interés principal de mi obra está en el propio encanto y asombro, ser espectador de la obra durante su transcurso en el espacio temporal, por esta razón es que trabajo con materiales orgánicos provenientes del mundo vegetal, como hojas, ramas, semillas, entre otros, los cuales son en sí mismos elementos armoniosos que llaman la atención por su estadía permanente en el mundo terrestre. He realizado trabajos con materiales naturales, creando estructuras que se ordenan bajo criterios racionales cuyas formas han sido ortogonales relacionadas a principios de construcción o con ritmos de orden distinto al que podría desarrollar el material en su estado natural, utilizando para su creación otros materiales no naturales.

La forma de las obras están determinadas por el espacio físico en el que se ubican, puede depender totalmente de éste, ya sea un ambiente natural o no, o simplemente basarse en f​​​​​​or​​mas angulares de alguna construcción del hombre, el tamaño también está en relación con el lugar, en algunos casos ésta supera en tamaño al cuerpo humano, por lo que, quien la mire, al alejarse deja de ver el detalle, la rama o la hoja como tal, el material pierde su individualidad y se muestra la forma de la estructura creada.​​​

El carácter vivo de los materiales de trabajo, da cuenta de lo efímero de la obra, por lo que el tiempo de duración de ésta y su movimiento se vuelve accidental y azaroso, por lo tanto su forma comienza a perder el orden establecido, se transforma sucesivamente de acuerdo al movimiento del proceso propio de la naturaleza.

Como la filósofa Buci-Glucksmann dijo en Estética de  lo efímero (2006) “Lo efímero es un arte del tiempo, que consiste en acoger, en ceder al tiempo y en cuanto tal, aunque fuera imprevisible”. La obra se encuentra en un estado de potencial descomposición, un espacio en el tiempo donde el material no está vivo, ni muerto, sino que en un proceso no visible que lentifica el camino entre la vida y la muerte. Es por todo lo anterior, que existe en mi trabajo un dualismo tensionado entre el control impuesto por mi mano y el azar incontrolable del material vivo.



Desde otra disciplina, el arquitecto Portoghesi dice que el hombre es parte de la naturaleza por lo tanto tiene una mente natural, y es por esto que las construcciones mantienen principios de orden que la naturaleza ya tenía, por lo tanto podríamos decir que existe en cada una de las diferentes formas de vida una unidad que las ordena bajo un patrón común, sin embargo, la relación entre el único ser dotado de razón y la naturaleza se tensiona y también se equilibra en cuanto que el hombre la necesita y admira, pero también le teme,  por lo que la restringe y controla.

Así es como el hombre es seducido por el poder de la naturaleza que surge y se conecta con el ser humano desde su interior, ya sea desde la intuición de una ley que los ordena, desde la racionalización del conocimiento o la sensación de poder o temor hacia ella que inspira al hombre y tal como en un momento el romántico del s. XVIII se definió como un ser incapaz de escuchar a la naturaleza y comprender su misterio, surgió el interés por entender el cosmos a través de ella y de su contemplación, dando así prioridad a los sentimientos, y deja de considerar la naturaleza como simpleza y belleza nítida, descubre en ella un misterio inmensurable, que da cabida al miedo, lo que cambia la forma de percibir el paisaje. 

El paisajista Gilles Clément se refiere al paisaje y aclara que es común considerar el paisaje como parte del medio ambiente, sin embargo este término es de origen ecológico y el concepto de paisaje es de fines del s.XV, en holandés landschap y el equivalente al francés paysage que se refiere a un cuadro que representa una vista campestre, lo cual remite a un análisis estético de un lugar en relación al observador, por lo tanto el paisaje no es el territorio, sino su imagen, una creación visual que surge luego de una idea a partir de la experiencia de estar en un territorio geográfico, es mas bien una interpretación de lo tangible, un espacio estético virtual.  



Merybeth Peña Segovia.

bottom of page